Profundamente enamorado

El día de hoy me he percatado que me encuentro profundamente enamorado. Pero aclaro, no hay de que preocuparse, pues este no es un burdo relato más dedicado al vulgar amor establecido por el consenso de aquellos. Como ya dije, hoy me encuentro profundamente enamorado, enamorado de mi hermosa ciudad; y no es que mi misantropía haya terminado por vencer y me aleje de la humanidad buscando esa parte, sólo es que me he dado cuenta que Tijuana, llena de contraste y de ese eclectisismo que algunos desprecian, hace estremecerse a mi pequeño corazón; y creo que hasta cierto punto todo es parte de ese sentido pragmático de mi personalidad, pues Tijuana, llena de baches, decapitaciones, asaltos y demás, no termina decepcionándote, no se esconde bajo prejuicios y pese a ser visceral, sabes que esperar, sabes que no te decepcionará y que jamás te mentirá; pero sobre todo, te brinda la seguridad de que al dormir, siempre está ahí, paciente y cuidando de tu sueño, y con el alba, sigue ahí, fría y benevolente a la vez pero a tu lado. Hoy me encuentro enamorado de algo que trasciende a todo lo que nos agobia, a los celos y pretensiones de un futuro efímero, y de aquella parte que nos hace morder nuestro anhelado y a la vez odiado estoicismo, aquello que nos obliga a dejar de ser herméticos, e inmediatamente después nos hace odiarnos por dejar de serlo. Hoy me encuentro enamorado de un ideal, tal vez no el óptimo ni el más grandioso, pero sí lo suficientemente honesto para respirar el contaminado aire, caer en los baches y leer todos los días en el frontera acerca de los decapitados del día anterior.

Tijuana, marry me!!!