Ilusiones...

Por una extraña conjugación de eventos poco usuales, al menos en mi rutina diaria, el día de hoy me he visto en circunstancias que me han obligado a reflexionar acerca de dos cosas: tiempo y hedonismo; ambas ilusiones, más que ilusiones son obsesiones del haber humano. Creamos un elaborado sistema a través de lo que creemos necesitar y anhelar, de lo que consideramos importante y pertinente en nuestras vidas, de lo hermoso y grotesco. Pero en ello no radica mi obsesión del día de hoy, mi fijación está en el sentimiento de frustración que viene en consideración de lo establecido como tiempo, realmente qué es el tiempo y quienes somos para medirlo; y no puedo evitar pensar, que si por un segundo, dejaramos esos acuerdos que impiden el caos, sin tan solo un segundo nos quitaramos el estigma del tiempo, en ese momento seríamos verdaderamente libres, no tendríamos ataduras, pues sería como evadirnos del acuerdo tácito entre todos nosotros, dejaríamos convenciones y el hedonismo arraigado en la infraestructura que tanto dolor nos produce. Hemos dedicado generaciones enteras, millones de años de evolución, todo encaminado a un fin: vivir nuestras vidas con un sentido, vacío, tonto y satírico pero al fin un sentido.